Dando una Segunda Oportunidad a la Vida y a un Futuro más Brillante
- En Estados Unidos, las sobredosis de drogas aumentaron un 42 por ciento en un solo mes durante la pandemia, en comparación con el mismo mes en el 2019.
- Internacionalmente, el abuso de drogas ilícitas es responsable de 750 000 muertes al año.
- En los primeros cuatro meses de este año, más de 1100 personas se han graduado del programa Narconon.
- Durante más de 50 años, Narconon ha ayudado a rehabilitar a decenas de miles de drogadictos.
Durante el año pasado el aislamiento social, la perturbación económica y la falta de interacción han impulsado un aumento en el abuso de las drogas en muchos países de todo el mundo. Miles de personas han estado recurriendo a las drogas como una “solución” a sus problemas y se han quedado atrapadas en esta trampa.
Narconon proporciona un programa eficaz de rehabilitación de drogas que les da a los adictos una segunda oportunidad en la vida y un futuro más brillante.
Estos son algunos de los éxitos recientes de aquellos que ahora viven vidas libres de drogas gracias a Narconon:
“Me crie en un hogar normal con una familia que me amaba. Tenía muchos pasatiempos, jugaba deportes y estaba en musicales. Fui a la universidad y obtuve una licenciatura en diseño de paisajes. A los 25 años me introdujeron a la metanfetamina. Después de luchar con abusar de la metanfetamina durante casi un año, pronto aprendí cómo hacerla. Esto cobró un precio en mi salud física y también en mi estado mental y antes de que lo supiera, era adicta. Al sentir la necesidad de obtener los elementos esenciales para continuar haciendo metanfetamina, recibí mi primera sentencia y fui arrestada por posesión. Me atraparon en el acto y me enviaron a prisión durante dos años de mi vida. Esto envió a, en ese entonces, mi hija de siete años a vivir con su padre y le dio la vuelta a su vida y la de mi familia. Después de ser liberada de la prisión, básicamente antes de que siquiera llegara a casa, estaba fuera consumiendo de nuevo.
“Durante cuatro años más continué consumiendo metanfetamina. Terminé recibiendo otros tres cargos de posesión y casi me dirigí a la cárcel. Todavía tenía el amor de mi familia pero ya no tenía su confianza. Hace tres meses y medio estaba sentada en la cárcel y llamé a la casa a mi madre y le dije que estaba lista, que necesitaba ayuda y le pedí que mirara alrededor. En pocos días, había sido aprobado que me dejaran en libertad bajo el cuidado de Narconon y comencé mi viaje. Cuando llegué, me hicieron sentir como en casa y el staff inmediatamente calmó mis miedos. El sentido de logro que tengo es quizás la mejor parte. Antes tenía muchos proyectos que nunca terminé, pero aquí fui capaz de terminar todo lo que me había imaginado. Tal vez lo que más espero es conocer a mi hija de 12 años de nuevo y ser la madre que siempre sabía que debería haber sido. ¡Gracias Narconon Suncoast!”.
—A.W., Graduada de Narconon Suncoast
“Era solo una joven adolescente cuando comencé a usar drogas por primera vez. Primero fue alcohol y luego el hachís. Solo para alejarme de todo por un rato. En un punto eso no fue suficiente. Necesitaba alejarme aún más y solo quería escapar de todo. Los amigos que tenía eran mayores que yo, las drogas eran más pesadas, los días más oscuros y todo era sobre esa siguiente dosis. No era una vida, pero sabía que nunca tendría una vida normal. Mi destino eran las drogas, no tenía ninguna duda al respecto. Mi familia y yo nos volvimos más y más distantes. Para proteger a mis hermanos más pequeños, mi familia no me quería en casa. Estuve en la comisaría varias veces y los ‘amigos’ y conocidos estaban cada vez más rotos por las drogas. Para cuando tenía 20 años ya conocía a varios que habían muerto a causa de las drogas.
“Tuve la suerte de tener una familia que nunca se rindió en mí, incluso después de algunos programas fallidos de rehabilitación. Me di cuenta de que solo tenía dos caminos por los que ir: la muerte o la vida. No podía imaginar que mi familia tuviera que explicar cómo morí por las drogas, ¡así que escogí la vida! Eso me llevó a Narconon. Narconon me enseñó algo que ni siquiera sabía que era posible; me enseñó a sentirme cómoda conmigo misma y con otros. Tomar control sobre mi vida. ¡Mis sonrisas y risas eran reales! Aprendí a comunicarme y tuve mi primera conversación apropiada durante el programa Narconon. Aprendí mucho sobre mí misma, sobre la vida y la gente. Me hice responsable y esa responsabilidad solo creció desde entonces. Ahora estoy aquí, con un esposo amoroso, dos niños, mi trabajo de ensueño y a mis amigos y a mi familia les está yendo increíble. Llegué al otro lado, el lado bueno, gracias a Narconon. Gracias”.—M.S., Graduada de Narconon en Europa
